lunes, 20 de abril de 2009

Algo que les quiero compartir...

Dar clase hoy fue un gran triunfo personal y algo súper importante para mí.

Hoy se cumplieron diez años de cuando estalló esa famosa huelga del 99.
Una huelga financiada, planeada y en todo momento controlada por fuerzas desconocidas para nosotros los mortales comunes y que siguen apadrinando a lo que desde entonces, no han dejado los salones de la facultad. (ni las compus, ni las teles, ni los cañones, ni todo lo que... reubicaron)
Las cosas buenas o malas que le dejó esa huelga a la Universidad, las han vivido igual que yo aunque ni cuenta se hayan dado.

Seguramente en los últimos días han escuchado muchas historias en voz de la carne de cañon del CGH, gente apasionada y convencida que habla de los grandes logros de los heroicos compañeros del cejeache de aquel entonces, sí, con todo y el Mosh...

Pues bien, para su servidora, que en aquellos entonces se consideraba anti parista por muchos motivos de los que sigo absolutamente convencida, eso nueve meses, tres semanas y no recuerdo cuantos días, fueron por muuuucho, la peor época de mi vida.

No me quise cambiar de universidad porque toda mi vida habia querido estudiar en la UNAM, además, la única universidad privada que podían pagar mis papás era la unitec (así, en minúsculas) y claro, era algo, que ni en drogas iba a hacer.
A los amigos que tenían dinero, sus papás los sacaron para meterlos a la Ibero, al Tec, a la UIC... etc... Otros, que se habian venido de Oaxaca o algun otro estado con todos los ahorros de la familia se tuvieron que regresar a sus pueblos.
De esos que se fueron. Muy pocos regresaron. Nadie sabía lo que iba a pasar. Llegó a existir la posibilidad de que le negaran el presupuesto a la UNAM y nos fueramos todos al demonio. Sabíamos para qué era el plebiscito. Obvio, nadie queria otro 68, y aún así, todos fuimos y firmamos la entrada del ejercito con nuestros votos. Y no me da ninguna pena decirlo. Así de desesperados estabamos. Todos. Los que veíamos en La Universidad la única alternativa para cambiar cosas, comenzando por nuestras propias vidas.

El regreso de la huelga fue un infierno, casi peor que la propia huelga. Nadie se hablaba excepto para mentarse la madre por decir lo menos.
Cuando pasó lo del 6 de febrero (día de san parista mártir) fue el acabóse. Tan fuerte que a partir de ahí, cambiaron muchas cosas.

Dicen los que fueron mis maestros (y hasta donde me ha tocado ver, lo puedo confirmar) que no ha vuelto ha pasar por la facultad una generación tan unida y tan exitosa como la mía. (el índice más alto de titulación y una sola fiesta de graduación de más de dos mil personas, son prueba de ello).

La hipótesis que tenemos muchos, es que nos prometimos que nunca más, nadie, iba a impedir que caminaramos hacia donde queríamos.

Esta es mi idea de trabajar por que las cosas cambien. Y cada vez que me encuentro a uno de ustedes afuera, en el trabajo, logrando cosas y sacando la casta que muchos ni han notado que ya traen, me quedo más segura de que mi idea no está tan mal.

Gracias por haberme acompañado hoy.

3 comentarios:

  1. Gracias a ti por compartir esto con nosotros. Me emocionó mucho la lectura de tu entrada. Y no "emocionó" en el sentido necesariamente positivo de la palabra, sino que me genera sentimientos cruzados que te agradezco. Hay mucho, MUCHO que desmitificar para todos los que hemos intentado asumir una izquierda sin banderas ni enunciados. Lo que has escrito es una muestra.

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  2. Concuerdo con Sergio. Gracias a ti. Pocas veces tenemos la oportunidad de que alguien que lo padeció directamente nos diga lo que piensa hoy, aún con recuerdos frescos pero ya sin tanta víscera.

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  3. ¿Serviría de algo decir que pienso igual que Sergio y Ana? Pues nada más para demostrar que soy una copiona jajaja (no es cierto)
    En la prepa una maestra extraña trabajaba en Nueva alianza y para subir puntos nos mando a hacer unas cosas con el partido, un día un chavo que trabajaba ahí nos conto que el estudiaba en la Fac cuando fue lo de la huelga, pero que pudo pagar su carrera en la Ibero.
    El monito este decia que la huelga fue lo mejor que le pasó en la vida, cuando lo conto me enoje un buen y me parecia extraordinario que nunca sintiera amos por la Universidad, con tu entrada recorde esto y me sentí taaan bien, porque eso es lo que necesita la UNAM: orgullo de estar en ella para sacarla adelante...
    Que chido lo de tu generación, creo ke la nuestra no está ni cerca de eso!!

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